Flicka, en Barcelona
A estas alturas de vida…
«Las armas defensivas de la madurez son las artes y la puesta en práctica de las virtudes cultivadas a lo largo de toda la vida. Cuando has vivido mucho tiempo, producen frutos maravillosos «. Cicerón.
Si lo afirmaba Cicerón, no seremos nosotros los que osaremos contradecirle, y menos en ocasión de un concierto como el de esta noche. Frederica von Stade hace años que se retiró oficialmente de los escenarios, y desde entonces sólo canta cuando le apetece y lo que le apetece. Es el pequeño lujo que se pueden permitir, a estas alturas de la vida, las personas que han cultivado virtudes y que han alcanzado las cimas más altas. En su caso, la lista de galardones, estrenos gloriosos, grabaciones de referencia y críticas encomiásticas es tan grande que el curriculum que acompaña este programa de mano no es sino la punta de un inmenso iceberg forjado con gusto, musicalidad y una incombustible elegancia .
Von Stade es admiradora de la voz de Victoria de los Ángeles, y gracias a esta admiración hoy podemos contar con su presencia en un evento del todo excepcional. La velada es única no sólo por ser ella quien es, sino también por el repertorio personalísimo que ha escogido. Además, es el colofón a una edición del LIFE Victoria que ha querido poner las mujeres en el centro de la programación.
De entrada, la mezzosoprano nos regala un ramo de rosas. La brevísima proclama de Rorem «Soy una rosa» le sirve como presentación para pasar a la historia de la rosa que se despierta de un sueño tal como la describió Strauss y la rosa de los prados de Canteloube, autor francés tan querido por Victoria. Este primer bloque termina con La vie en rose , popularizada por Édith Piaf, que en la voz de Von Stade adquiere toda otra dimensión.
El segundo capítulo de este concierto lo podríamos considerar autobiográfico, ya que incluye tres obras a las que Flicka está estrechamente ligada. Una de sus hijas, Jenniffer, se llama así en referencia a la Jenny Rebecca de Carol Hall. Cuando nació su segunda hija, Lisa, la cantante también quiso que tuviera un ciclo de canciones con las que identificarse, y así es como nació el encargo de Paper Wings . Dos melodías de esta recopilación abren y cierran el apartado, que también incluye dos bellísimas canciones de cuna de Ginastera y, de nuevo, Canteloube.
Es bueno tener presente que Jake Heggie es uno de los compositores de ópera más conocidos del panorama contemporáneo, gracias a éxitos como Dead men walking y Moby Dick . Es también un prolífico escritor de canciones, entre las que destacan los tres ciclos que le ha dedicado a Von Stade. Paper Wings es uno de estos, con poemas escritos por la propia cantante. La última ópera que Von Stade representó, en 2011, fue precisamente la que Heggie escribió para ella, Three Decembers .
Volviendo de la pausa, la mezzosoprano nos propone un viaje a París en cuatro canciones de Poulenc, Rorem y Berthomieu. Nacida en Estados Unidos, fue en la capital francesa donde se casó y donde tuvo sus hijas. Además, es donde vio despegar su carrera en los años 70. Vivió muy cerca de Bois de Boulogne, lugar que da nombre a una de las obras que nos canta hoy.
El cuarto y último apartado tiene el amor (y el desamor) como protagonistas. Atrevimientos propios de la madurez, encontramos uno de los Rückert-Lieder de Mahler junto al fragmento más célebre del musical A Little Night Music de Stephen Sondheim. La selección, sin embargo, no es ni casual ni arbitraria. A estas alturas de la vida, se ven las cosas con un punto de burlona. Volvemos a Cicerón: «La juventud disfruta de los placeres intensamente. En la madurez, nos basta observándolos de lejos «.
Hay, sin embargo, más razones por las que este recital se prevé emotivo y memorable a partes iguales. Al piano se sienta uno de los músicos más conocidos y apreciados por el público catalán, Albert Guinovart. Sus méritos son suficientes para motivar su presencia aquí, pero hay que añadir el hecho de que él fue el pianista acompañante de la Victoria de los Ángeles en los últimos años de su carrera.
Para acabar de redondear, el mismo Guinovart acompañará la mezzosoprano Helena Ressurreiçao en un breve recital al inicio de la velada. Guinovart, Von Stade y Victoria de los Ángeles tienen en común su enorme generosidad a la hora de apoyar a jóvenes artistas, y esto se ha convertido también marca de la casa de este Festival. Así es como hay que entender que Guinovart y Von Stade hayan querido hacer música con la joven cantante, estrechamente ligada al programa LIFE New Artists.
Para terminar parafraseando los últimos versos de la última canción del concierto, nos podríamos preguntar: No es divertido? No es extraño? Perder el tiempo a estas alturas de la vida esta noche, aquí juntos en el recinto de Sant Pau, escuchando la Flicka y recordando la Victoria … Disfrutemos, pues, de los frutos maravillosos de esta voz en una ocasión excepcional.
Pep Gorgori, musicólogo y periodista