La música en 1853
Acantilado ha publicado este mes de septiembre el volumen La música en 1853, de Hugh Macdonald. Se trata de una biografía de ese año en que, de acuerdo con el autor, se dio un cúmulo de circunstancias trascendentales para la historia de la música. Se trata de un relato minucioso pero ameno; que no ahonda en la biografía de ninguno de los compositores que menciona, pero sí que nos permite verlos a todos ellos lidiando con sus vidas -incluso con sus muertes-, en quehaceres cotidianos y con las filias y fobias que son marca del ser humano, sea o no genial.
Clara y Robert Schumann, Hector Berlioz, Johannes Brahms, Wagner y Liszt son algunos de los personajes que vemos en el discurrir de diez meses, ya que en realidad el ensayo empieza en abril de 1853 y acaba en febrero de 1854. Para ser más exactos, empieza con Berlioz volviendo a la actividad compositiva tras un parón de tres años y termina con Schumann lanzándose al río Rin en un arrebato causado por su enfermedad.
El autor tiene la habilidad de retratar la vida musical del momento, con sus debates entre los artistas más progresistas y los más conservadores, salpicándola de escenas mucho más mundanas y bien hilvanadas, como el momento en que Wagner, estando con Liszt en París, conoce a una de las hijas de este último, Cosima. Sí, esa Cosima Liszt que acabará siendo más conocida como Cosima Wagner. Conocer las actividades de Liszt, Wagner y Berlioz los días que pasaron juntos en París, o ver de refilón a Verdi, que no se los encontró casi de milagro en la capital francesa, son algunos de los atractivos del volumen.
En Wonderland le hemos dedicado no una sección, sino un programa entero junto a Jordi Corominas, al año 1853.