Música irlandesa
Tras la muerte de Dolores O’Riordan, la cantante del grupo Cranberries, con sólo 46 años de edad, hemos dedicado un Wondergrama a conocer mejor la música irlandesa.
La música irlandesa posee una tradición que resulta, al mismo tiempo, muy popular y muy desconocida. Las músicas de raíz folclórica irlandesa las tenemos tan arraigadas que casi ni las percibimos, y en cambio poca gente sería capaz de nombrar un par de músicos de Irlanda anteriores al siglo XX. Pero esto no quiere decir que no existieran, ni que en Irlanda hubiera poca vida musical o cultural. De hecho, repasando su historia nos llevamos unas cuantas sorpresas, y todas agradables. Las hemos apuntado en Ràdio 4:
En el programa hemos escuchado, por ejemplo, obras de Turlough O’Carolan, arpista ambulante activo entre finales del siglo XVII y principios del XVIII. Fue uno de los últimos que compuso él mismo sus canciones y de los pocos de los que tenemos datos y legado musical sólido. Quedó ciego debido a la viruela con 18 años, y fue entonces cuando se empezó a dedicar al arpa.
El arpa, precisamente, la gran protagonista de la tradición musical irlandesa, hasta el punto que llegó a estar presente en la bandera del país. Esta es la canción Molly McAlpin, obra de Thomas Ayers. Es anterior a Carolan, quien parece que admiraba esta canción y decía que le hubiera gustado escribirla él mismo. La letra está basada en una historia real es el lamento de una chica de la familia McAlpin, que a principios del siglo XVII perdió sus tierras.
La tradición musical de la isla, pues, viene de lejos, y es palpable en hitos como el hecho de que el Mesías de Händel se estrenase en Dublín en 1741, dos años antes de que se pudiera escuchar en Londres. Eso nos indica que en la ciudad había una vida cultural lo suficientemente rica como para programar conciertos de esta magnitud.
La música irlandesa tiene también un amplio patrimonio de música folk ligada al violín. A finales del siglo XIX y principios del XX hubo una emigración masiva de Irlanda hacia Estados Unidos a causa del hambre. Entre ellos, fueron músicos como Michael Coleman, que comenzó a grabar discos y marcó un antes y un después en la música tradicional folclórica irlandesa. Por primera vez, se convertía en fenómeno de masas fuera de la isla y quedaba incrustada en la memoria popular. En la película El Señor de los Anillos, por ejemplo, la encontramos en las celebraciones de los hobbits. Además, parte de la banda sonora la firma la irlandesa Enya, con la canción May it be, que más irlandesa ya no puede sonar.
Ya a finales del siglo, XX y en el terreno de la música Pop, tenemos artistas tan destacados como Van Morrison, que con su Brown Eyed Girl en 1967 alcanzó un éxito mundial inmediato.
Acabamos con el recuerdo a Dolores O’Riordan. La canción más icónica de Cranberries, Zombie, la escribió impactada por la muerte de dos niños en un atentado del IRA en 1993. La denuncia de la guerra y la violencia sigue vigente, aunque en su día se la criticó porque, decían, hacer una canción pop sobre dos niños muertos en atentados era frivolizar con su muerte. Qué paciencia que deben tener los artistas a veces …
La playlist completa con las obras mencionadas en el programa se puede escuchar en Spotify: