La maleta olvidada de Victoria de los Ángeles
ABC Cultural ha tenido acceso a una maleta que contiene detalles hasta ahora inéditos sobre la vida de una de las mejores sopranos de nuestra historia
Nadie recuerda ya cómo llego la maleta a manos de Victoria de los Ángeles. Es recia, cuadrada, pesada y marrón; hecha de cartón y de cuero. En su sencillez, se limita a ser lo que la RAE dice que es: una caja con asa para viajar. Nada más. Al otro lado del teléfono, Teresa Díaz, que sirvió a la familia durante medio siglo, no aporta muchos más detalles, porque la valija ya estaba hecha cuando ella llegó: «Solo sé que era de Bernardo, que fue guardando ahí cosas suyas», me cuenta.
Ese Bernardo es Bernardo López, el padre de Victoria de los Ángeles López García, una de las sopranos más internacionales que Barcelona regaló al siglo XX. «La madre de la señora también metía ahí algún recuerdo, y luego yo también si encontraba alguna cosa la dejaba ahí dentro», matiza Teresa, a quien en casa de la artista llamaban simplemente ‘la Tere’. Era una más del clan.
Entre todos, fueron escribiendo una peculiar biografía en el hueco que antaño habían ocupado camisas, calcetines… quién sabe. ABC Cultural ha tenido acceso a la pequeña colección, hasta ahora inédita, que incluye cartas, fotos e incluso un misal y unas gruesas agujas de tejer. Bernardo las usaba para reparar las alfombras de la Universidad de Barcelona, donde vivía y trabajaba como portero. Su esposa era la mujer de la limpieza. Su hija, una estrella del Liceo, el Metropolitan de Nueva York, el Colón de Buenos Aires y la Royal Opera House. La de mundos que caben en una maleta.
El arca olvidada se transforma en el espacio íntimo de los recuerdos, retazos de la vida de Victoria de los Ángeles fuera del escenario, cuando volvía a ser simplemente ‘Tori’, que es como firmaba muchas de sus cartas a la familia. Gracias a la maleta, hoy podemos escuchar su voz más personal, la que no quedó grabada en los discos. En esta historia se cuelan…